martes, 18 de mayo de 2010

UN NUEVO MAPA POLÍTICO DEJARON LAS ELECCIONES EN LA UNCO


El pasado 3 y 4 de mayo se realizaron por primera vez en la Universidad Nacional del Comahue, las elecciones directas para renovar las autoridades unipersonales (rector y decanos) y los consejeros superiores y directivos.

A nivel Universidad y pese al triunfo de la gestión actual con la formula Vega-Silva, se evidencia una fuerte crisis de este sector y un crecimiento de otro alternativo que representa a sectores progresistas. En el claustro estudiantil, las elecciones tuvieron como principal aspecto el crecimiento de la opción independiente que logró sorpresivos triunfos en algunas facultades como Viedma y Agrarias y muy buenos resultados en Economía, Ingeniería y Turismo
[1].

A nivel del CURZA, el decanato quedó en manos de la lista “Alternativa” (Osvaldo Alonso-Patricia Weigandt) frente a la propuesta de la anterior gestión encabezada por Mario Villegas y Marta Bussani. “Alternativa” sustentó su triunfo al imponerse en no-docentes (18 a 17), perder por muy poco en docentes (73 a 68) y ganar por amplio margen en el sector estudiantil (297 a 139). En el claustro estudiantil, la Proyección Universitaria+Franja Morada se impuso con holgura ante la otra lista radical de los Estudiantes Reformistas Universitarios y ante la alternativa independiente del DEMo. Igualmente cada una de estas fuerzas logró representación en el próximo Consejo Directivo.

La nueva gestión “gobernará” con un Consejo Directivo que le será en gran medida adverso (ya que el radicalismo logró imponerse en los claustros estudiantil, docente, y graduados). Pese a esto, el paisaje del órgano colegiado será distinto al de otros años donde era abrumadora la mayoría radical.

¿Quien definió la elección?

Si bien desde la nueva gestión del CURZA agradecieron especialmente el “apoyo estudiantil”, la clave de su triunfo no fue este apoyo recibido, sino el triunfo obtenido en no-docentes y la derrota ajustada en docentes (claustros decisivos en la ponderación).

La opción Alonso-Weigandt logró un aplastante triunfo en el claustro estudiantil (le sacó 105 votos de diferencia a la opción radical), lo que hubiese sido claramente insuficiente para imponerse si no lograba una gran performance en docentes y no-docentes. Señalar al “voto estudiantil” como clave es un error bajo esta fuerte ponderación (que va en claro desmedro de la representación estudiantil y que robustece la de los docentes y especialmente la de los no-docentes).

Para ser “claves”, los estudiantes debieron darle un amplio apoyo a la lista “Alternativa”. Es decir que en todo caso, el carácter “definitorio” del voto de los estudiantes solo se dio (y dará) en una situación claramente excepcional (cuando se produce la combinación de una elección muy pareja en los claustros docentes y no-docentes, y a esto se suma un triunfo amplio de una de las opciones en el claustro estudiantil).

La interna radical y el “voto castigo”

Llamativo fue el apoyo que recibió la opción progresista en el CURZA por parte de un sector estudiantil del radicalismo encabezado por la alianza Proyección Universitaria-Franja Morada. Un importante caudal de votos de este sector apoyó la candidatura de Alonso-Weigandt, en medio de las diferencias coyunturales con la opción Villegas-Bussani.

Los grandes derrotados

Fueron sin duda la lista del oficialismo para el decanato y la agrupación ERU. La candidatura de Villegas-Busani se planteaba como clara continuidad de la del radical Miguel Silva, y esa herencia fue relevante en el destino de la elección.

Evidente fue el rechazo generalizado de la Comunidad Universitaria a las gestiones de Silva (2002-2006 y 2006-2010) que estuvieron marcadas por el apoyo a las acreditaciones con la CONEAU y los exámenes de ingreso, las denuncias por concursos viciados, el avance de la tercerizacion en el CURZA y la aceptación del dinero de las mineras contaminantes
[2].

El brazo estudiantil de esta gestión fue asumido por el ERU (agrupación que en su plataforma proponía la apertura de la Licenciatura en Seguridad), que pese a contar con una gran cantidad de recursos para hacer su campaña (nada más y nada menos que el apoyo de la gestión de la CURZA), no pudo imponerse a otro aparato, conformado por la PU y la FM.

El nuevo escenario

El nuevo escenario en el Consejo Directivo abre nuevas posibilidades. El radicalismo ya no tendrá las prerrogativas de un consejo con una abrumadora mayoría como contó hasta ahora.

Habrá que ver ahora, que posibilidades se inician para avanzar en la democratización del gobierno de las carreras (que fuera negada y cerrada por la gestión del decano Silva y la Secretaria Académica Viviana Boletta), la apertura de un Comedor Universitario con fondos provenientes de la propia universidad (y no bajo el modelo de la Proyección Universitaria que abrió uno con fondos del gobierno provincial, sus padrinos políticos de la UCR y empresas privadas adictas al poder), la jerarquización de los concursos
[3], una nueva relación entre los docentes y los estudiantes (que podría comenzar a equilibrarse a través, por ejemplo, de la evaluación estudiantil del desempeño docente)[4] y el establecimiento de una nueva relación entre la universidad y los sectores populares.

[1] El Frente de Estudiantes Independientes obtuvo el segundo puesto en las elecciones para renovar la representación estudiantil en el Consejo Superior y sentará 2 representantes en el órgano colegiado. Primero quedó la CEPA-PCR que ingresará 3 representantes. Tercero fue el lugar ocupado por la "lista 32" (un grupo de autoconvocados) que ingresará 2 representantes. El cuarto lugar fue para los Autoconvocados (otro grupo de autoconvocados) que sentarán 2 y el quinto para la JUS que ingresará solo 1 representante al Superior. Así, de los 10 integrantes del claustro estudiantil, 6 serán de las fuerzas de izquierda partidaria e independiente, y 4 de los sectores de derecha.
[2] Por si no fueron pocos los cuestionamientos que podrían caberle a la gestión del radical Miguel Silva en el decanato del CURZA en estos 8 años, antes de las elecciones se sumaron graves “errores” y “negligencias” administrativas de su administración en la confección de los padrones de las elecciones.
Masivos fueron los reclamos estudiantiles ante la ausencia de alumnos del CURZA que cumplían con todos los requisitos para estar incluidos en el padrón y no lo estaban.
De hecho, ante las presentaciones estudiantiles, se hizo una revisión del padrón y se dieron 174 altas. Igualmente –y esto reconocido por el propio decano- “quedaron muchos estudiantes, algunos inclusive alumnos míos, que cumplen con todas las condiciones y están fuera de los padrones”.
El mismo por entonces decano, reconocía las fuertes impericias administrativas de su propia gestión por la cual muchos estudiantes se vieron imposibilitados de ejercer el derecho a participar de estas elecciones. Y una más antes de irse. La frutilla del postre fue la doble condición del ex decano como “representante” de la Junta Electoral en el CURZA y a la vez candidato a vicerrector. Es decir, Juez y parte. Consultado por una emisora local sobre las posibles incompatibilidades en su rol de candidato a vicerrector y representante de la Junta Electoral del CURZA, Silva dijo que "yo solo recibo las inquietudes de los representantes de los claustros y las listas. No hay una imposibilidad legal de cumplir con este rol. No decido nada, solo certifico, recibo y remito a la Junta Electoral".
Recordemos que la propia Teresa Vega, candidata a rectora y acompañante de la fórmula de Silva, decidió no participar de la Junta Electoral por considerar que había una incompatibilidad entre ambas funciones. Sobre esto Silva señaló a la misma emisora que "seguramente de saber de estas quejas me hubiese inhibido de participar en la Junta Electoral. He tenido siempre una conducta correcta. Igual es todo materia opinable".
[3] Claramente desprestigiados en la gestión del radical Miguel Silva. Ver conflicto de Ciencias Políticas.
[4] En la Facultad de Agrarias de Comahue existe la instancia de evaluación estudiantil del rendimiento docente. Allí los estudiantes se pronuncian (de manera anónima) sobre los aspectos pedagógicos y metodológicos de la labor de los docentes. Este pronunciamiento estudiantil queda luego incluido en el curriculum docente y es publicado en la facultad.